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El debate en torno al sector del juego en Kenia se está polarizando cada vez más. Si bien los principales medios de comunicación han retratado negativamente a la industria, las partes interesadas han expresado sus preocupaciones con respecto a las narrativas predominantes. Una de estas partes interesadas es Thomas Buckley, un pionero de la industria del juego en Kenia y abogado del Tribunal Superior de Kenia. La larga experiencia de Buckley le proporciona una perspectiva única sobre la influencia de los medios en el sector.
Buckley presentó recientemente una queja ante el con respecto a lo que considera una representación injusta del sector del juego. Su inquietud radica en que las noticias sensacionalistas carecen de consideraciones éticas y, en el proceso, manchan la integridad de los operadores responsables y el entorno regulatorio en el que se basa el sector. “Los artículos no son sensibles a las consideraciones éticas. Son desproporcionados y carecen de equilibrio”, señaló en su carta. Remarcó que las historias que se difunden en los medios de comunicación no demuestran ninguna diligencia debida a la hora de comprobar el cumplimiento de las licencias y las normativas de los operadores de juegos de azar.
Buckley, además, destacó la importancia de una representación justa de todas las partes interesadas, incluida la Junta de Control y Licencias de Apuestas (BCLB), el organismo responsable de regular la industria. “No se ofreció derecho de réplica a los operadores en cuestión, ni siquiera a la BCLB, que es el organismo regulador encargado de garantizar la protección de todos los jugadores, incluso mientras juegan”, señaló.
Esta falta de equilibrio en la información puede tener efectos perjudiciales en la percepción pública, lo que, a su vez, afecta los medios de vida de muchos kenianos asociados directa e indirectamente con la industria del juego.
La imagen negativa de la industria del juego en los medios de comunicación no se puede ignorar: . Buckley agregó lo siguiente: “los medios difaman a la industria ante miembros razonables y sensatos de la sociedad”, lo que resultaría en una menor participación en actividades de juego legales. Sin embargo, el efecto no es solo subjetivo. Una menor facturación del juego local puede tener consecuencias económicas muy reales. “Este tipo de noticias solo puede perjudicar a los operadores que respetan la ley, a los miles de kenianos que emplean directamente y a los cientos de miles que se benefician indirectamente de la industria del juego”, argumentó Buckley. Dado que cada vez menos clientes interactúan con operadores con licencia debido a la publicidad negativa, la estabilidad laboral en el sector está en peligro. Además, la disminución del número de establecimientos de juego locales podría implicar una disminución de los ingresos fiscales para el gobierno.
Sin embargo, las consecuencias van más allá de la mera percepción. Una disminución de las actividades de juego locales puede tener consecuencias económicas significativas. “Este tipo de noticias solo puede perjudicar a los operadores que respetan la ley, a los miles de kenianos que emplean directamente y a los cientos de miles que se benefician indirectamente de la industria del juego”, argumentó Buckley. Cuando menos personas interactúan con operadores autorizados debido a la prensa negativa, la seguridad laboral dentro de la industria se ve amenazada.
Además, la disminución del número de establecimientos de juego locales podría implicar una disminución de los ingresos fiscales para el gobierno. Buckley señaló que una disminución en la clientela de los operadores legales podría impulsar a los kenianos hacia sitios de apuestas extranjeros, lo que agravaría aún más el problema. “La disminución de jugadores en operadores locales con licencia también significará menos impuestos recaudados por el gobierno, pero también un aumento de las apuestas en el extranjero por parte de los kenianos que pueden creer razonablemente (a partir de las noticias negativas) que los operadores con licencia no son capaces de ofrecer opciones de juego responsables y de clase mundial”, explicó.
Esta situación presenta un dilema complejo. Por un lado, existe una preocupación genuina por el impacto social de la adicción al juego, mientras que, por otro, una industria responsable y bien regulada lucha por sobrevivir en medio de narrativas perjudiciales. El desafío radica en encontrar un enfoque equilibrado que reconozca tanto las contribuciones económicas de la industria como la necesidad de prácticas de juego responsable.
Ante estas cuestiones, es fundamental que todas las partes interesadas se reúnan para fomentar un debate centrado en el juego responsable y la información ética. Reguladores, operadores y periodistas deben colaborar para crear una imagen más realista de la industria que reconozca tanto sus beneficios como sus riesgos.
Las partes interesadas exigen que los medios de comunicación pongan un mayor escrutinio en las historias publicadas que tienen consecuencias a largo plazo en la vida y el sustento de las personas. Exigen un enfoque más responsable con mayor énfasis en la imparcialidad y precisión de los reportajes. Además, proporcionar un foro abierto para el debate con una serie de perspectivas puede ayudar a informar mejor al público y, en última instancia, contribuir a un entorno económico más favorable para todos.
El debate actual sobre la industria del juego en Kenia pone de relieve la necesidad de una cobertura objetiva, así como de un periodismo objetivo. Si bien la industria sigue siendo el centro de atención, es necesario dar a conocer las opiniones de las partes, como las partes interesadas en su prosperidad. Abordar las dos caras de la moneda (tanto el potencial de adicción como las implicaciones económicas) es clave para lograr una comprensión más matizada de este problema multifacético.